Bailar a 360 grados

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Israel Galván: «He firmado la paz con el público»

El bailaor inaugura la próxima Bienal de Flamenco de Sevilla con «Arena» en la plaza de toros de la Real Maestranza

Israel Galván se sitúa en el centro del coso y pisa el albero de la Real Maestranza de Sevilla. Mete los pies en el polvo amarillo. Toca las palmas. «En esta plaza la sonoridad es distinta según te pongas», dice pensando en su próximo reto. Será el 6 de septiembre cuando inaugure la Bienal de Flamenco de Sevilla con su obra «Arena» en este coso maestrante. «No me lo pensé cuando me lo ofrecieron, porque era en esta plaza. Reponer “Arena” en un teatro no lo veía, pero venir a este lugar es único. Ahora tengo que hacer un entrenamiento físico y mental, porque hay que saber estar en esta plaza y medir muy bien los movimientos».

Dice el bailaor que ha pasado por otros «toros grandes», como el año pasado cuando estrenó «La Fiesta» en el palacio de los Papas en Aviñón: «Me he dado cuenta de que estas cosas grandes me hacen bailar de otra manera. A lo largo de los años mi baile ha cambiado, y esto me ayuda a convertirme en otro bailaor, lo que hace que no me aburra del baile».

Con los años asegura que es más flamenco: «Cuando sales fuera te tratan como flamenco. La única cosa que yo tengo es mi raíz, aunque luego tenga mi libertad bailando. Fuera, cuando me ven, no quieren que haga un número de teatro, quieren que baile flamenco, a mi forma, pero flamenco».

El artista repasa su historia personal. Es hijo de los bailaores José Galván y Eugenia de los Reyes. «Toda mi carrera tiene que ver con el hecho de que yo no quería bailar. Y, como no quería, si bailo, bailo así. Hay una rebeldía contra mí mismo y también contra mi familia, porque mi padre quería que yo bailara a la fuerza». Reconciliado hace años con su padre, envidia de él su genética: «Con la edad que tiene y sigue bailando como un niño. Mi padre pasó una etapa diciendo “que lástima este hijo mío…”, y luego, cuando me han dado medallas, ya se alegra y le da valor, aunque algunas cosas siguen sin gustarle», asegura.

El artista plástico Pedro G. Romerosigue colaborando con Israel Galván, aunque el bailaor afirma que ahora está pero ya no está. «Yo, con Pedro G., hice una carrera de artes plásticas en cuatro años. Me dio muchísima información. Fue una época en que sólo leía, incluso me puse más gordo porque sólo leía, comía tapas y hablábamos. Fue una etapa muy poco física».

Pero fue una bailarina de contemporáneo que le dirigió en «Fla-co-men», Patricia Caballero, «la que me quitó el sufrimiento que yo arrastraba con el baile. Con ella me divertí bailando».

Dice Israel Galván que el baile ha sido siempre su amigo. «En los momentos malos he bailado por desahogo, por apartarme del mundo. Te das cuenta de que el público es como tu familia. Yo no soy muy sociable, pero sin embargo con el público sí me encuentro cómodo».

Cada lugar donde ha bailado vive de una forma distinta su arte: «Soy un cuerpo que suena, que pisa el lugar, y siempre pienso a ver qué suelo me voy a encontrar. Y luego me ocurre que en cuanto salgo al escenario sé cómo está el público y me dejo llevar. Hace mucho tiempo que firmé la paz con el público. Si te vas, no me enfado. Pasó en Aviñón y me recordó a los “Zapatos Rojos”. Voy a hacer “El amor brujo” y la “Consagración de la Primavera”…, y no sé qué pasará. En el circo gitano de París voy a hacer una obra con unos gitanos rumanos y bailo con unos gatos del circo» (le tiene pánico a los gatos).

Durante la entrevista da sentencias como «si no bailara estaría muy mal, no sería una persona apto», o «cuando bailas mal es una alerta, tu mente no está bien». Y en su memoria, un nombre, Mario Maya: «Su espíritu está aún en mi cuerpo y lo necesito. Con él aprendí la manera de estar en el teatro».

«El muerto encima»

Cuando estrenó «Zapatos Rojos» tuvo un ataque de pánico y abandonó la escena. Manolo Soler le sacó a trompicones al escenario, donde permaneció quieto un largo minuto, mientras el público creía que era parte de la obra. «Dicen los mexicanos que eso ocurre cuando “se te pone el muerto encima”… No sé, muerto o energúa, a veces me ocurre».

Fuente: https://www.abc.es/cultura/abci-israel-galvan-firmado-publico-201808050146_noticia.html

 

 

EFE:

El bailaor Israel Galván, que ha revolucionado la danza flamenca con un peculiar estilo que no deja de explorar los límites de esa expresión, Inaugurará la XX Bienal de Flamenco de Sevilla al anochecer del 7 de septiembre bailando sobre arena, por todo el redondel de la Plaza de Toros de la Maestranza.

“Creo que me va a dar un subidón, porque si no es imposible”, ha dicho el bailaor en un encuentro con los periodistas en el graderío de la Maestranza y como respuesta a la pregunta de si ya se había colocado en el centro del albero y se había hecho cargo de las proporciones del que será su escenario en la apertura de la Bienal, con el público en las gradas.

Galván pondrá sobre el albero el espectáculo “Arena”, que obtuvo el Premio Nacional de Danza en 2004 y que le valió, aun insistiendo en su manera innovadora de entender el baile flamenco, para reconciliarse con el público, tal y como él mismo ha evocado hoy acompañado por el director de su espectáculo, Pedro G. Romero, y el de la Bienal, Antonio Zoido.

“El reto es ahora bailar en 360 grados; me gusta bailar en sitios que no son lógicos para bailar porque encuentro sonidos nuevos; y la energía que me da este lugar me va a hacer bailar de otra manera; el reto me hace estar más centrado, además de que éste exige un buen físico y un buen espíritu”, ha dicho el bailaor y coreógrafo.

No es la primera vez que Galván actúa en una plaza de toros, pero sí la primera vez que lo hace sobre la arena y en 360 grados, “y menos aquí”, ha dicho mientras señalaba con el gesto la Maestranza de Sevilla.

El bailaor ha confiado en que le sirva “para después”, mientras que Pedro G. Romero ha señalado que hay planes para girar la nueva versión de “Arena” por otras plazas de toros, principalmente del sur de Francia, donde a su juicio reside el futuro de la fiesta de los toros.

Galván también ha adelantado que piensa utilizar todos los elementos del redondel como si se tratara de una orquesta, desde las tablas del callejón hasta los cerrojos metálicos.

“Tendré que estar pendiente de la forma circular, de la geometría, buscando la línea curva”, ha señalado al recordar que el espectáculo tendrá “tiempos diferentes” e integrará seis bailes, lo que enlaza el rito taurino.

Sobre si “Arena” se seguirá reconociendo sobre la arena, ha asegurado que no ha querido hacer otra obra: “No he querido cambiarla, pero han pasado cosas que me afectan, en el cuerpo y en la mente”.

Sobre el basamento del espectáculo original en la rivalidad de Belmonte y Joselito, Galván ha dicho: “Belmonte me afectó mucho; eso de quedarse quieto bailando; la revolución”.

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