Entrevista : Ricardo Cué

ENTREVISTA : RICARDO CUE
Director de danza

Acomodado en Príncipe de Vergara, su casa de Madrid, Ricardo Cué parece más sereno que nunca. Más sereno desde que su último ballet, Blancanieves, está en la calle en forma de DVD.
“- Es una producción 100 % ‘made in Spain’ con Tamara Rojo en el papel de protagonista y música original de Emilio Aragón, que puede adquirirse en todo el mundo.”

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Rodion Shchedrin, Maya Plisetskaya y Ricardo Cué

Pero si Ricardo Cué representa un hito para el mundo del ballet, es porque lleva un buen recorrido ligado a la élite más internacional y una prodigiosa intuición que le ha obsequiado con logros sensacionales :
Deleitar al Metropolitan de Nueva York con Medea, la obra maestra del Ballet Nacional de España ; brindar el repertorio de Balanchine, Tudor o Tetley al público español ; producir a bailarines de la talla de Plisetskaya, Guillem, Schauffus, Dupond, Gregory y Bujones ; presentar en el Teatro de los Campos Elíseos de París, su propia compañía de flamenco o proponer a los Premios Príncipe de Asturias sus 2 ballerinas estelares.

Amante de una estética perfecta y muy exigente a la hora de programar y dirigir ballet, lo que le ha llevado a ser unas veces agente, otras regidor, repetidor, coach o coreógrafo, Cué posee una capacidad innata para descubrir talentos y un conocimiento exquisito del gran repertorio clásico, de la historia de la danza, de los decorados de ballet y de la iluminación de escena.
“- Lo que he aprendido, lo he aprendido viendo mucho ballet. No me canso nunca de ver ballets por aquí y por allí, donde se presenten.” – comenta.

A nivel nacional, son más de 20 años que Ricardo Cué organiza galas de ballet y aporta su contribución en España : montar Cía con Luis Fuente a su regreso del Joffrey Ballet ; integrar los Ballets Nacionales que dirige María de Avila ; ser el primer asesor de danza del Ministerio de cultura ; dirigir una Gala de Estrellas en el Palacio Real de Madrid o traer compañías de primer orden como el Boston Ballet, el English National Ballet, el Sydney Ballet, el DeustchOper de Berlín o la Graham Dance Company.

Mentor y seguidor de Maya Plissetskaya, a quien designa como la mejor Kitri de la historia, Cué es de los pocos que ha continuado ejerciendo la representación y la dirección artística con las mejores figuras de distintas generaciones : Agnès Letestu, Darcey Bussell, Maria Alexandrova, Lucía Lacarra, María Giménez, Carlos Acosta, Roberto Bolle, Jean Charles Gil, Laurent Hilaire, José Martínez, Cyril Pierre, Julio Bocca, Nicolas Leriche, Patric Armand, Johan Kobborg …, la lista es larga y digna de un cuento de hadas.

Desde la New York University de la que era el alumno aventajado, ‘Richard’ como le llaman sus conocidos, se ha codeado con los mejores críticos e historiadores de danza, antes de graduarse con la obra de Tudor.

Acaba de ser invitado al Festival Internacional de Ballet Mariinski tras haber escrito para el programa El Corsario, presentado en apertura de temporada en el Teatro Real de Madrid.

– Señor Cué, ¿ Cómo ha llegado usted a la danza ?
– En Nueva York en 1964, gracias a Cynthia Gregory, la bailarina principal del ABT.

– ¿ Una revelación ?
– Así es, Gregory es la que me ha transmitido esa fé inmensa necesaria a toda gran pasión. Aunque ya de niño, con mi hermano Vicente ganábamos los primeros concursos de danza e intervenía en representaciones artísticas en Llanes, Asturias y en otros lugares. Luego surgieron las puestas en escena de comedias musicales donde reproducíamos espectáculos de todo tipo, teatro, ballet o folklore español.

– ¿ Qué obra de ballet es su favorita ?
La Bella Durmiente (Petipa), La Sylphide (Bournonville) y Serenade (Balanchine), son las que más me fascinan, sin lugar a dudas.

– En la actualidad es representante artístico de Tamara Rojo, primera bailarina del Royal Ballet de Londres y Premio Príncipe de Asturias 2005.
– Tamara es una bailarina magnífica y muy inteligente, estoy muy satisfecho con ella y con todas las galas que estamos organizando. No sé cuánto va a durar, pero estoy encantado.

– Antes había sido representante y director artístico de Ygor Yebra, de Joaquín Cortés, de Angel Corella, de Trinidad Sevillano y de Arantxa Argüelles.
– Recuerdo mi colaboración con Arantxa Argüelles y con Trinidad Sevillano, como de las más entrañables. Era durante los ochenta, la época dorada del Ballet Clásico en España. “Las dos joyas” -como él las define-, me pidieron muy pronto que las presentara fuera para hacer carrera, lo que me ha valido en ocasiones el apelativo de caza-talentos.
No se trataba de substraer las mejores figuras de ballet a España, sino de darles la oportunidad de crecer en el extranjero. Verlo como una forma de ‘expolio’ como se empeñaron entonces algunos, no es más que un despropósito. En España estamos sentados sobre una mina de oro : el nivel de nuestros bailarines es tal, que nuestra preeminencia en el mundo del ballet es inigualable. – exclama.

De Trinidad recuerda con agrado : – Laurence Olivier, viéndola en Romeo y Julieta, dijo que era lo mejor que había visto nunca en danza, la primera Julieta enamorada. Que había nacido una estrella.

– Usted ha sido además responsable de algunos de los éxitos de Lola Greco, Antonio Canales y Joaquín Cortés en los teatros Bolshoi, Kirov, Scala de Milan, etc. y de presentar a Fernando Bujones en España.
– En la danza, tanto la carrera de un artista como la de una compañía, han de proyectarse sin restricciones y más si es clásico, que ha de ser a lo grande y con todo su esplendor para que verdaderamente triunfe. Esto incluye hacerlo con la mayor calidad. Requiere talento, decisión, conocimiento, experiencia y entrega total y sobretodo tiene que funcionar, lo que no funciona no existe.

– ¿ Qué opina del proyecto de Angel Corella ?
– Conozco a Corella, y me siento orgulloso de haberle presentado al Concurso de París primero y al ABT de Nueva York después. Era una época difícil para él, porque se estaba planteando dejarlo. Ambos estamos deseando la Gran Compañía de Ballet para España, lo único que pido es que si se hace, se haga bien.

– ¿ De Nacho Duato ?
– Lo está haciendo francamente bien. Pero ello no quita la necesidad de una buena Cía de clásico.

– ¿ Y de otros proyectos ?
– Encuentro que últimamente se vive un frenesí por dirigir una Cía de Ballet que debe ser contagioso, porque son varios los que se han presentado a pesar de no tener la experiencia requerida. Dirigir, además de asistir a los ensayos, significa ir a los despachos del ministerio, a las reuniones, trabajar en oficina, seguir las clases y atender en lo administrativo. Y por encima de todo está por supuesto, amar, conocer y entender mucho el arte de la danza para poder seleccionar lo mejor.

– ¿ Y si a usted le pidieran colaborar en la futura compañía de ballet ?
– Diría que sí pero con unas condiciones. Hace unos años he presentado un proyecto de compañía de Ballet para España que a punto estuvo de materializarse. La catástrofe del 11 de marzo lo llevó todo al traste.

– ¿ Por ejemplo, qué condiciones ?
– Tener un equipo competente y los medios adecuados para hacerlo. Porque nadie se plantea si para interpretar la Novena de Beethoven hace falta o no la totalidad de la Orquesta.

– Tener la oportunidad de tratar en vida con Balanchine, Robbins, Ailey o Graham, hace de su biografía una auténtica leyenda.
– Gracias – ríe. También he tratado con Fonteyn, Nureyev, Makarova, Baryshnikov, Maximova, Vasiliev, Fracci, Bruhn, Dowell, Mukhamedov…,

– Además de haber conseguido traer los derechos para montar las obras maestras Serenade, Jardin de Lilas y Voluntaries de Balanchine, Tudor y Tetley respectivamente, la satisfacción de haberlo hecho en vida de los tres ilustres creadores.
– Desde luego que fue una gran satisfacción. Pero, a punto de obtener la obra Piano Pieces de Jerome Robbins también para el Ballet Nacional de España, en esta ocasión no lo logré – se lamenta.

por alexei issacovitch

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